El
concepto de NEE (necesidades educativas especiales) nace desde Inglaterra con
la elaboración del Informe Warnock (1978), pero no es hasta la década de los
90, que en Chile se comienza a utilizar este concepto, el cual viene de la mano
del principio de normalización, el cual implica establecer relaciones íntimas,
positivas e interpersonales entre ciudadanos ordinarios y aquellos que padecen
una discapacidad. Consiste entonces en normalizar el entorno, reconociendo y
aceptando diferencias.
La
definición que ha estado presente bajo este concepto pone en foco en el sujeto
y hace referencia a que un alumno tiene necesidades
educativas especiales cuando presenta dificultades mayores que el resto de sus
compañeros para acceder a los aprendizajes que se determinan en el currículo
que le corresponde por su edad, y que necesita, para compensar dichas
dificultades, adaptaciones de acceso y/ o adaptaciones curriculares
significativas en varias áreas de ese currículo.

Entender
que el sujeto no es el responsable de esta falta de elementos que permiten que
acceda al curriculum, es un gran avance si queremos formar y desarrollar
alumnos integrales; la psicometría en educación especial hace responsable a los
sujetos como portadores de diagnósticos clínicos, los cuales los imposibilitan
a participar de entornos más normalizados, cuando en verdad son las escuelas,
los municipios, el contexto el que debe asumir la responsabilidad de entregar,
ya sea en diferentes estilos y/o formatos, los elementos claves y básicos del
curriculum.
Las
necesidades educativas especiales pueden ser de carácter transitorio o
permanente. De hecho, hay alumnos que requieren ayudas y recursos sólo en un
momento determinado de su escolarización, otros en cambio requerirán de estos
apoyos en forma sostenida en el tiempo. La forma de poder entregar las ayudas
necesarias, tanto de materiales, contenidos, recursos, etc., es a través de la
creación de adecuaciones curriculares. Estas son consideradas modificaciones
que se hacen al curriculum básico para que los alumnos tengan acceso a una
educación regular; estas son planificadas en conjunto con el especialista del
área y el profesor guía del curso.
Las NEE se dividen en transitorias y
permanentes.
NEE Transitorias: Son consideradas como transitorias ya que después de un
tiempo son eliminadas. Se realizan adaptaciones curriculares sólo en lo que
respecta a las metodologías, recursos, actividades y evaluación. Son:
•
Trastornos emocionales,
•
Fobias,
•
Violencia intrafamiliar,
•
Embarazo adolescentes,
•
Drogadicción,
•
Trastornos específicos del lenguaje,
•
Trastornos específicos del aprendizaje,
• Aprendizaje
lento,
•
Déficit atencional,
•
Hiperactividad,
•
Trastornos conductuales,
• Deprivación
socio-cultural, entre otros.
NEE Permanentes: Son consideradas permanentes porque las necesidades se
mantienen y se trabaja para potenciar los aprendizajes. Se realizan
adecuaciones curriculares en los objetivos y contenidos del curriculum. Son:
•
Intelectuales
•
Auditivas
•
Visuales
•
Motoras
•
Multidéficit
•
Psíquicas
•
Graves Alteraciones en la capacidad de relación y comunicación.
Son muchos los elementos que debemos
considerar cuando trabajamos con Necesidades educativas especiales, sin embargo
uno de los aspectos más importantes en esto, es asumir total compromiso con la
labor educativa y entender que si queremos una sociedad más justa, con
componentes de inclusión, debemos partir por nosotros mismos y hacia nuestra
sociedad.
http://www.psicoeduka.cl/wp-content/uploads/2010/03/NECESIDADES-EDUCATIVAS-ESPECIALES.pdf.
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